domingo, 22 de marzo de 2009

Chicken Lady

On the train to San Francisco I sat next to a chicken-faced chicken lady who gave me the bad eye through her fat glasses. While she slept on my shoulder -the fat beneath her chin trembling with a crude snore- I took a peek at her melting tits. I had never been with a woman before, and it was my fault. Roseville High girls were sluts. You could hump a fat chick in Burger King’s bathroom for a smile and a four-liner in myspace. But I was a nervous kid.

Chicken lady had lost her husband in a trip to Mexico. He choked on a pork chop. After the burial in Texas she got a new pair of prosthetic teeth that could cut through anything, then turned vegetarian.

Her wrinkly vagina flip flops on my tongue, she clings to my long curly black hair and moans, pulling me deeper and deeper. How was I to know that women had three holes down there? I was never big on Zappa.

She has a small flat in China Town, mild yellow walls and a stained couch. She hadn’t been there for years. A small love nest; I could imagine the chicken lady and her dead husband hurrying through the crowded streets, bathed in the fresh sounds and colors of expensive gift shops, impatient to undress, to melt in their swampy bed and forget. But the streets are too steep for her now. It is not desire but arthritis that makes her hold my arm on the way there, hurting me with her bony spider-like fingers. I feel bad taking advantage of an old lady, but it’s hot in the city and she has a fridge full of cranberry juice.

She is into some weird ass music. I never talk about the shit I listen to while my fat friends drink wine in my badly lit room and talk about how bad ass Satan is. She introduces me to jazz and Spanish guitar. She played the piano back when her tits and socialism stood straight and proud.

´Why don’t you play anymore?’
‘I do’
‘I thought you said…’
‘I meant I don’t play professionally anymore’
‘Oh’
‘I had children and moved to Texas’

She wasn’t angry, just full of annoying peace. She showed me pictures of her children, all of them were older than me. Sociologists, the lot of them, just like their father, lost in god forsaken South America.

I met a girl in Roseville High once that dreamt about South America, she was ugly but kind to me. She showed me pictures of beautiful ladies, half naked in colorful hats; that was Brazil. I’m never going there, I’m never going further than New Mexico.

I try to tend to her needs as best as I can, cleaning around and making tea. We don’t have sex anymore; longing for it makes me feel ashamed. I’ll be going home soon, to a promising future in my dad’s workshop. ‘Jesus made furniture too!’ he says; but Jesus had super powers, dad, and some day I’ll have the balls to tell you that.

One day I came home with a bunch of movies I got at Rasputin’s on sale. Looking back, I understand what a cheap trick was trying to put her in the mood with old cheesy flicks. Big mistake. Her bright blue eyes died on the front art of ‘Jezebel’

‘I don’t have a DVD player. And you have to go’
‘Huh?’
‘Leave’

I heard her sob in the kitchen while I made my backpack. She barged into the bedroom, swearing and flailing her purple veined arms at me. I backed into a corner and waited. Wild chicken lady leaped and caught me in a passionate embrace. She made love to her husband, I was the awkward medium. I left the house while she slept, my balls hurting and my will drained.

The night train to Roseville was filled with strange Filipinos on their way to Reno. When the lights went out and the clattering sound of their laughs ceased, the ghost of Panther lady came to me, she slept with her head on my shoulder and I peeked at her beautiful iridescent tits.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Aproximaciones prácticas a la Cotisofía: mozo, hay una escena zoofílica en mi sopa

Seguir manteniendo este blog está siendo más difícil de lo que pensé. Primero, por el hecho de que me paro olvidando la clave de mi correo gmail. Y segundo, porque cuando me acuerdo no sé si se escribe con "s" o con "z".

No puedo negar que el blog me esté trayendo grandes satisfacciones. La gente me reconoce en las calles (por la foto del perfil, obviamente), los policías me saludan disparando al aire y las madres me toman fotos cargando a sus bebés. A veces los bebés me toman fotos cargando a las madres mientras les disparo a los policías, pero ese ya es otro tema.

Lo único cierto de todo ésto es que llevo puestos mis pasadores bolivianos y tengo más fuerza que nunca para proseguir con la dura y pareja tarea que representa escribir aquí.
Por eso (y muchas cosas más) he decidido que llegó la hora de aplicar esa majestuosa mezcla entre lo cotidiano y la filosofía -llamada Cotisofía- para ayudar a resolver los problemas del hoy y del mañana.

Siempre he creido en la grandiosidad de los pasadores. Mantienen nuestros zapatos apretados, nuestros pies frescos y a nuestras familias unidas. Sin embargo últimamente he notado su progresiva decadencia llegando, muchas veces, a su desaparición en muchas de nuestras vidas.
No me malentiendan. No estoy en contra del progreso. No te voy a quemar una llanta en la puerta de tu casa exigiéndo lo que TU por iniciativa propia DEBERIAS hacer. Pero creo en la tradición.

Los pasadores han sido parte indispensable de nuestras vidas. Desde nuestros primeros contactos con el más que edípico '...y estas son las orejas del conejito, y por este huequito pasa...' hasta toda la variedad que podemos conseguir en polvos azules para decorar nuestras Converse All Stars.

En fin, dicho lo dicho, puedo pasar a hablar de lo que realmente tratará este post: clonación.

Pero...
¿Por qué clonación y no, por ejemplo... 'la crisis' o 'la corrupción en el sistema legal y penitenciario'? (tema en el que poseo amplios conocimientos)
Simple: porque la clonación es un tema que, cuando menos lo esperes, llegará a tu pueblo, violará las cosechas y quemará tus mujeres. De la clonación nadie podrá escapar. Será como querer escapar del sol en el desierto, o de la buena ortografía en mis posts. Así que 'a tomarlo con soda'.

Otra de las críticas que he recibido últimamente es que mis posts no tratan sobre nada. Que hablo y hablo sin decir nada, que me quedo dormido mientras escribo, terminando todo en un largo e incómodo silencio. A todos esos les digo solo una cosa: los amo y me quiero acostar con ustedes; pero el próximo jueves, que hoy tengo clases en el taller de danza del mágico mundo de Pachi y sus vallerriestras.

Bueno, para comenzar y para darle un toque más serio y académico a la disertación que procederé a dar en esta cátedra y en la que me veré obligado a usar palabras vulgares como 'disertación' y 'cátedra', procederé a poner un gesto adusto, olerle la nuca a la tipa que se acaba de quedar dormida a mi costado en la combi y a cruzar las piernas así:

'Define disertación, bitch' (sic)


Mejor. Ahora sí siento como la teoría foucaultiana del biopoder invade mi cuerpo, succiona mis pezones y se apoya inquietamente sobre mi derrière; la misma que a veces -y sólo a veces- me da un beso en la mejilla mientras duermo antes de irse sin decir adiós.

Ah si, la clonación. Bueno, en resumen no sé mucho de clonación. Sólo sé que te sacan el semen (o la regla, según lo que seas) mientras duermes y se la dan a 'alguien' que, en un delicado proceso que implica muchos 'algos' y uno que otro 'alguito', obtiene como resultado un 'nosequé' que todos tus amigos van a decir que se parece un culo a ti. Osea, no he leido mucho pero tampoco soy ignorante pes. Y bueno, lo rescatable de todo este delicado proceso es que puedes hacer que tu clon se llame como tú pero con un Jr. al final de tu nombre (por ejemplo, si te llamas Pedrito él pasará a llamarse Pedrito Junior).

Clonación terapéutica


Y es que la ciencia no se detiene, lo cual, ahora que lo pienso, puede ocasionarle serias complicaciones en su vida sexual si es que no sabe respetar los límites de los demás.

Bueno, ésta ha sido la primera piedra en lo que espero sea un amplio debate acerca de biología genética, ética y clonación en el ambiente académico nacional. Sé que no es mucho, pero es lo mejor que puedo dar.

Ahora si, amiguitos. Llegó la hora de decir 'adiós'.

Se despide su aspirante a guía espiritual

el dr. chicarca